«En Santiago hay un potencial muy
elevado para desarrollar fármacos, desde las fases más tempranas y la síntesis
química, hasta las plataformas de identificación de fármacos como la de Mabel
Loza, o nuestro grupo dedicado a los nanomedicamentos», afirma Marcos García
Fuentes, profesor de la Facultad de Farmacia. Es además investigador principal
del grupo Nanobiofar, del Cimus, con María José Alonso y Noémi Csaba. El jueves
fue ponente en el encuentro Cimus-Ciqus sobre la capacidad para producir nuevos
medicamentos en la USC.
-¿En qué trabaja Nanobiofar?
-Somos sobre una treintena de
investigadores. Estamos en el Cimus, pero podríamos estar también en el Ciqus,
pues combinamos aspectos biológicos y químicos. Nos dedicamos al diseño de
vehículos para el transporte de fármacos, para que sean más eficaces, que
tengan menor toxicidad y que llegan con más eficiencia a su diana terapéutica.
-¿Cuáles fueron sus avances?
-Diseñamos un sistema intracraneal
para liberar fármacos, que se ha revelado eficaz para mejorar el tratamiento
del gliobastoma, un cáncer cerebral muy agresivo. Nos basamos en la variante de
una molécula, la BMP, identificada y publicada por el grupo italiano de Angelo
Vescovi en el 2006, porque tenía la particularidad de transformar células
iniciadoras de gliobastomas altamente agresivas en células más benignas. El
problema para administrar BMP en este tumor cerebral es su dificultad para
atravesar la barrera sangre-cerebro. Además, la vida media de la BMP es de unos
5 minutos, era ineficaz.
-¿Qué innovó Nanobiofar?
-Ideamos un sistema de microesferas
de plástico biodegradables, en las que es posible encapsular la BMP, para
liberarla de forma controlada. Nuestra estrategia es utilizar estas
microesferas como implantes intracraneales en pacientes afectados por
gliobastoma, tumor que se caracteriza además por no responder a tratamientos
convencionales.
-¿Cómo se administran esas
microesferas en el cerebro?
-La idea sería depositarlas al
operar el tumor, para que puedan liberar la proteína 2 o 3 meses en la zona
afectada. Esta tecnología que desarrollamos en Santiago para poder tratar ese
tumor del cerebro con fármacos es única, y combina una estrategia farmacológica
y un vehículo de liberación muy avanzados.
-¿Cómo realizaron este trabajo?
-Comenzamos en el 2010, en Farmacia,
y continuamos en el Cimus. En el 2012 la USC patentó el dispositivo de
liberación, y en el 2014 publicamos el desarrollo del medicamento en
Biomaterials, la mejor revista de biomateriales. Este año publicamos en
Oncotarget datos que muestran la eficacia de nuestro medicamento en ratones,
pero con tumores humanos implantados. Realizamos el estudio con investigadores
del Instituto de Salud Carlos III, y los hospitales 12 de Octubre de Madrid y
el CHUS.
-¿Qué aporta de nuevo el producto
que idearon?
-Confirma que las micropartículas
con BMP reducen el tamaño tumoral en modelos de células iniciadoras de
gliobastoma, pero más importante es que disminuyen la malignidad del tumor. Eso
abre perspectivas para una posible combinación con otras terapias
convencionales.
«Nuestro producto reduce el tamaño
del tumor y disminuye su malignidad»
FUENTE: La Voz de Galicia
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