martes, 22 de diciembre de 2015

Oncólogos reclaman la instalación en España de una Unidad de Protones

Oncólogos que participan en Valencia en el 18 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) han reclamado la instalación en España de una Unidad de Protones para el tratamiento específico de tumoraciones.

Durante el encuentro, que concluye este sábado con el lema «Tratamiento preciso y personalizado contra el cáncer», cerca de novecientos profesionales de la oncología radioterápica (oncólogos, técnicos y enfermeros) han actualizado conocimientos y analizado las últimas novedades, según un comunicado de la organización.

Los especialista han puesto de manifiesto la necesidad de que España cuente con una Unidad de Protones, ya que los tratamientos de protonterapia «permiten tratar tumores con precisión desconocida hasta el momento de forma segura y eficiente».

James Metz, director del Instituto de Oncología Radioterápica del Hospital de la Universidad de Pennsylvania, ha corroborado hoy durante su intervención en el Congreso las «propiedades únicas» de los protones.

Según Metz, la dosis administrada mediante protonterapia «se focaliza en el tumor, salvando los tejidos sanos circundantes y reduciendo posibles efectos secundarios».

«Estamos empezando a vislumbrar el verdadero impacto de la protonterapia en la oncología debido a la creciente madurez tecnológica, con nuevas técnicas como el 'pencil beam scanning' o innovadores sistemas de imagen con costes cada vez menores», ha señalado.

Una técnica «esperanzadora»
La protonterapia ya cuenta con 39 centros en todo el mundo y en la actualidad hay en construcción en Países Bajos (3), Reino Unido (2), Francia (2), Polonia (1), Rusia (1), Dinamarca (1), China (2), India (2), Malasia (1) y Japón (2).

«Es una esperanzadora técnica que promete mejores resultados debido a una distribución mucho más precisa del tratamiento», apunta el especialista.

Según Metz, los esfuerzos iniciales de la protonterapia se han centrado casi exclusivamente en el cáncer de próstata, pero la rápida evolución de esta técnica «está extendiendo su investigación clínica a otras localizaciones, en combinación con otras terapias -como la quimioterapia-».

En la actualidad, en el centro donde trabaja Metz se trata una gran variedad de patologías, donde destacan los tumores gastrointestinales (páncreas especialmente) y de pulmón, que suponen un 40 % del total. Por detrás están los pediátricos (15 %), los de próstata (15 %), los de cabeza y cuello (10 %) y los de cerebro (10 %).

«El futuro de esta avanzada tecnología es realmente esperanzador, en espera de los resultados de varios ensayos clínicos prometedores que se están llevando a cabo en patologías que suponen un reto para la radioterapia convencional», señala.

Por último, ha señalado que dado que costes continúan reduciéndose «cada vez más pacientes tienen acceso a esta técnica, y los ensayos clínicos irán definiendo sus indicaciones».


FUENTE: ABC Salud

martes, 15 de diciembre de 2015

Regina Mayor, bióloga: «Con la punción lumbar se pueden detectar y vigilar tumores cerebrales»

Tras dos años de trabajo, investigadores del Instituto de Oncología Vall de'Hebron (VHIO) han descubierto cómo identificar tumores cerebrales sin tener que abrir el cráneo, como se hace hasta ahora, si es que se puede. Porque en ocasiones hacer una biopsia resulta tan arriesgado que se duda si realizarla al paciente. La nueva técnica sirve además para hacer seguimiento al tumor o ver mutaciones genéticas que pueden orientar una terapia u otra. Detrás de este trabajo, publicado en la revista 'Nature Communications', hay una donostiarra. Regina Mayor es la segunda investigadora del equipo que lidera Joan Seoano. Tras licenciarse en Biología en la Universidad de Navarra se trasladó a Barcelona para realizar el doctorado. Ahora investiga en el VHIO. Neurocirujanos, oncólogos y, sobre todo, los pacientes, han acogido con entusiasmo la alternativa, mucho menos invasiva, de la punción lumbar.

- ¿Hasta ahora qué aplicación han tenido las biopsias líquidas?

- Cuando se hablaba de biopsias líquidas era siempre en referencia al plasma. Hacer una extracción de sangre y analizar el plasma para buscar células tumorales. El plasma es la parte en la que se encuentra el ADN de las células que se van rompiendo en nuestro cuerpo, y que van expulsando ese ADN. Y en el plasma ya se habían hallado restos tumorales. Hasta ahora lo que se llama biopsia líquida se utiliza sobre todo en cáncer de mama, colon y pulmón.

- ¿Y los tumores cerebrales no se pueden detectar en plasma?

- No, porque hay una barrera hematoencefálica que no deja que pasen tan bien las células tumorales a la sangre. Debido a esa barrera veíamos que la cantidad de ADN en la sangre no era tan elevada como en otros casos tumorales, por lo que había que buscar otra prueba que evitara la biopsia.

- Porque las biopsias de tumores cerebrales son muy invasivas...

- Sí, es una intervención en la que se tiene que abrir el cráneo para coger un trocito y analizarlo. Pero es que muchas veces no se puede hacer la biopsia por el sitio en el que está localizado el tumor por el riesgo de dañar otras zonas que acaban afectando al habla, a la vista, a funciones motoras... Muchas veces, el tratamiento se aplica sin realizar la biopsia porque es muy arriesgada.

- ¿Y en el líquido cefalorraquídeo sí han hallado esos marcadores tumorales?

- En ese líquido que baña toda la parte del cerebro y baja por al médula espinal, por lo que se puede obtener haciendo una punción lumbar, hemos encontrado una gran cantidad de ADN tumoral. No somos los primeros en ver que en ese líquido hay células tumorales, eso ya se había descrito antes. Lo que nunca se había hecho es un estudio comparando de que en el líquido cefalorraquídeo se puede detectar más ADN tumoral que en el plasma, y cómo monitorizarlo, ver la evolución de la enfermedad al cabo del tiempo, algo muy importante. Porque el tumor es muy heterogéneo, y las mutaciones se van modificando. De esta forma, haciendo punciones lumbares al cabo del tiempo puedes ir monitorizando el tumor. Eso es inviable si tienes que abrirle al paciente el cráneo tres, cuatro o cinco veces a lo largo de la enfermedad. La nueva técnica permite poder seguir la enfermedad, ver si se está aplicando la terapia adecuada, cómo reacciona al tratamiento el paciente, cambiarlo si hace falta, porque vemos mutaciones en el ADN y de repente descubren mutaciones nuevas para las que ya hay un terapia.

- ¿Así que con la información que se obtiene con esta técnica se puede ir más allá del diagnóstico?

- Sí, sirve para el diagnóstico precoz, para hacer el pronóstico, monitorizar el tumor y determinar si hay algunas alteraciones que ayuden a elegir un tratamiento específico. Es decir, que hayas visto una mutación en ese paciente concreto que te indique la idoneidad de una terapia específica. Además, lo bueno es que da más información que la biopsia. Porque en una biopsia coges un trocito, que es una parte de un tumor grande, que es muy heterogéneo, que tiene muchas células distintas... Algunas poblaciones tendrán una mutación, otras tendrán otras. En el líquido, lo que ves es como una foto de todo el tumor, es una representación de toda la heterogeneidad. También hemos comprobado otro aspecto importante: es más sencillo que la imagen.

- ¿En qué sentido?

- Normalmente, lo que se hace ahora es una resonancia magnética, y en la imagen se ve el tumor. Se opera para extirparlo pero al cabo del tiempo el tumor vuelve a aparecer. Y esas células tumorales las volvemos a detectar antes en el líquido que en la imagen. No tendrías que esperar a que aparezca en la resonancia, podrías ir haciendo punciones y viendo si hay células tumorales, sin ni siquiera haya síntomas.

- ¿En qué porcentaje se reproducen los tumores cerebrales?

- Altísimo, porque debido a su localización es muy difícil extirparlo en su integridad. Cuando se opera nunca se acaba de limpiar completamente por no quitar también masa cerebral. Entonces, en el 99% de los casos vuelve a aparecer.

- ¿Para qué tipo de tumores cerebrales sirve esta técnica?

- Para todos los tipos. En este estudio hemos analizado a pacientes con glioblastoma, que es un tipo de tumor cerebral muy agresivo, de grado cuatro, el más maligno de todos; también meduloblastomas, que son tumores cerebrales que suelen darse más en niños, que son también agresivos pero con características completamente diferentes; y también metástasis cerebrales en pacientes con cáncer de pulmón o mama que se extiende al cerebro. Hemos estudiado a 23 de pacientes.

- ¿Hay algún límite a la hora de repetir las punciones lumbares?

- Se pueden hacer las que quieras. Es cierto que no es como que te saquen sangre, porque es un pinchazo en la espalda, una aguja muy larga... Evidentemente, no es algo agradable, pero todos los pacientes lo prefieren mil veces a la operación y a que te tengan que abrir el cráneo. Y eso solo para biopsiar.

- ¿Cuándo veremos esta técnica en nuestros hospitales?

- Diría que sería factible que se aplicara de aquí a uno o dos años. Lo estamos explicando en congresos y se está dando a conocer a nivel mundial.

- ¿Se podrán detectar más enfermedades a través del líquido cefalorraquídeo?

- Ya hay trabajos que usan ese líquido para enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, el Parkinson... Son estudios sin publicar en los que se buscan posibles marcadores.

- ¿Y, en general, a través de las biopsias líquidas?

- Creo que sí, sobre todo porque están avanzando muchísimo las técnicas para detectar el ADN en esos fluidos, que es lo que nos faltaba hasta ahora. Siempre ha existido la hipótesis de que eso estaba ahí, pero no teníamos las herramientas para verlo. En nuestro caso, por ejemplo, analizamos las mutaciones de este ADN con una técnica muy sensible que se llama PCR Digital, porque la cantidad de ADN en el líquido es poquita, comparada con la que hay en otros tejidos. Entonces, necesitas una técnica muy sensible que con poquito te detecte las mutaciones.


FUENTE: Diario Vasco

Los tumores cerebrales se desarrollan formando hebras, remolinos y esferas


La imagen generalmente asociada al cáncer es la de un tumor que crece anárquicamente, sin ningún tipo de orden establecido, y que se expande sin ton ni son por todos los órganos a los que consigue acceder. Pero en realidad no sucede así. Cuando menos en el caso del glioma, tipo de cáncer cerebral en el que las células tumorales se organizan formando hebras de 10 a 20 células de grosor e, incluso, esferas. Así lo muestra un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Michigan y de la Universidad de Arizona (EE.UU.) presentado este lunes en la Reunión Anual de la Sociedad Americana de Biología Celular (ASCB) que se está celebrando en San Diego.

Es más; el tumor puede organizarse en remolinos alrededor de un eje central en el que se disponen las células madre del glioma, protegiéndolas así del sistema inmune. Y es que es a partir de estas células madre de las que crece el propio tumor.

Como explica el doctor Pedro Lowenstein, director de la investigación, «nuestros resultados muestran signos indiscutibles de la autoorganización de los tumores cerebrales, en los que no hay lugar para estructuras aleatorias».

Esferas ‘invasoras’
Con objeto de observar la estructura de los gliomas, los investigadores analizaron dos modelos: uno biológico, en el que se emplearon ratones con células tumorales humanas; y uno matemático.

En el modelo animal –o biológico–, los investigadores observaron el movimiento y distribución de las células tumorales, organizadas en hebras –o como indican los propios autores «en arroyos»– y formando una elipse en torno a un eje central en el que se encontrarían las células madre cancerosas. Y en este contexto, apunta el doctor Lowenstein, «pudimos predecir la distribución y el movimiento que iba a seguir el tumor con nuestro modelo matemático».

Asimismo, el estudio posibilitó observar cómo algunas células del glioma se organizaron formando esferas, algunas de las cuales dejaron la masa tumoral principal para introducirse en el fluido cerebroespinal que rodea los ventrículos cerebrales. Unas esferas, en consecuencia y como concluyen los autores, «que podrían mediar la dispersión del tumor por todo el cerebro».


FUENTE: ABC

miércoles, 9 de diciembre de 2015

La lucha cubana contra el cáncer: el Heberferon


Un nuevo medicamento de la biotecnología cubana para el tratamiento de tumores de piel no-melanomas, también con resultados favorables en estudios clínicos en el manejo de tumores cerebrales malignos y carcinoma renal, obtendrá su registro médico a mediados de 2016. El Heberferon, del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), es otro nuevo y efectivo candidato para el tratamiento del cáncer en Cuba y en el mundo.

Según el Doctor en Ciencias Biológicas Iraldo Bello Rivero, del Departamento de Ensayos Clínicos del CIGB, el Heberferon elimina o reduce la masa tumoral, lo que lo convierte en un medicamento relevante y muy necesario dentro de la medicina cubana.

Con este fármaco se logra una respuesta antitumoral más rápida y prolongada que la obtenida con la utilización de interferones por separado, lo que demuestra un potencial biológico superior, explica Bello.

Los interferones (IFns) son proteínas producidas naturalmente por el sistema inmunitario de los animales, en su mayoría, como respuesta a agentes patógenos como células cancerígenas o virus.

Sobre el nuevo medicamento, Bello Rivero detalla que se utiliza en el tratamiento efectivo del carcinoma baso celular, carcinoma espinocelular y micosis fungoides (tumores de piel no-melanomas), de cualquier tamaño y localización, aunque también se incluyen otros tumores bajo investigación. Su aplicación se realiza en  conjunto con otros procederes, quirúrgicos o no (quimioterapia y/o radioterapia).

Para conocer la importancia del manejo de estas afecciones habría que conocer que, de manera general, el carcinoma es el tipo más común de cáncer y se origina en células epiteliales o glandulares de tipo maligno.

Específicamente, el carcinoma baso celular es una neoplasia de células no queratinizantes que se origina en la capa basal de la epidermis. Este es el cáncer más frecuente de la especie humana, representa el 75% de todos los cánceres de piel, excluyendo los melanomas.

Según los diccionarios médicos, la neoplasia es la formación anormal en alguna parte del cuerpo de un tejido nuevo de carácter tumoral, benigno o maligno, y la queratización es el proceso por el que las células epiteliales son reemplazadas por tejido córneo.

En el caso del carcinoma espinocelular, el segundo más habitual, es una neoplasia de las células queratinizantes, que pueden mostrar características malignas, incluyendo crecimiento rápido, invasión local y potencial metastásico.

Mientras, la micosis fungoides es un trastorno progresivo, crónico y no contagioso de la piel.

El investigador explica que el Heberferon elimina  o reduce los carcinomas baso celulares (CBC) y el carcinoma espino celular (CEC) en las primeras semanas de tratamiento, durante las cuales la respuesta positiva en pacientes es del 83% aproximadamente. Por otra parte, la farmacodinamia (acción de los medicamentos y sus efectos en el organismo vivo) del Heberferon en pacientes con micosis fungoides es superior a la de los interferones por separado.

Se aplica, a través de inyecciones intratumorales y/o intradérmicas, con una frecuencia de tres veces semanales a lo largo de tres semanas.A partir de aquí, la evaluación final se realiza en la semana 16 después de iniciado el tratamiento.

Con reacciones adversas mayoritariamente leves y reversibles, el tratamiento con Heberferon consiste en la combinación de los interferones alfa 2b y gamma recombinantes en proporciones sinérgicas de actividad anti-tumoral, explica el Doctor en Ciencias Biológicas.

El  efecto sinérgico se logra al administrar dos o más fármacos que dan como resultado efectos combinados, que resultan ser mayores que aquellos que podrían haberse alcanzado si alguno de los medicamentos se administrara solo.

Dentro de las múltiples ventajas del nuevo medicamento del CIGB, el efecto anti-angiogénico es considerado como una de las más relevantes. Esto se traduce en la inhibición de la vascularidad del tumor a través de un agente químico o biológico que inhibe o reduce la formación de nuevos vasos sanguíneos a partir de vasos preexistentes.

A esta se le suma su carácter anti-proliferativo mediante una sustancia que impide la reproducción de células cancerosas. De igual manera, evita complejas cirugías en la zona alrededor del ojo y sus secuelas.

El Heberferon también ejerce efectos a distancia cuando las lesiones cercanas o en el entorno de la que se trata se reducen o se eliminan. Por otra parte, se puede emplear en pacientes con lesiones no apropiadas para la cirugía, con potencial de deformidades importantes, o perdida de órganos. Además, tiene una aplicación pre-quirúrgica para reducir masa tumoral, y post-quirúrgica para eliminar tumor residual y evitar recurrencia.

Más allá de tratar las afecciones, la principal prioridad dentro de la atención médica, el Heberferon contribuye a mejorar la estética del paciente con este tipo de afecciones. Por tanto, en su conjunto, permite mejorar la calidad de vida de los enfermos.

En la actualidad, nuevos estudios en pacientes con carcinomas basocelulares están en curso para optimizar el uso del medicamento. A partir del paso del Heberferon al cuadro básico de medicinas del país, el próximo año se iniciará su proceso de comercialización en el exterior.


FUENTE: www.cubacontemporanea.com