jueves, 25 de febrero de 2016

El láser permite superar la barrera hematoencefálica para tratar los tumores cerebrales

El cerebro de los seres humanos está rodeado por una tupida capa de células endoteliales y gliales que, cual muralla, evita la entrada de las bacterias y los productos tóxicos. Una capa que, denominada ‘barrera hematoencefálica’, es tan eficaz que tampoco puede ser superada por la mayoría de los fármacos. Es el caso, entre otros, de muchos fármacos quimioterápicos, por lo que la eficacia de la barrera hematoencefálica puede acabar resultando contraproducente para los pacientes que desarrollan un tumor cerebral. Sin embargo, investigadores de la Universidad de Florida en Gainesville (EE.UU.) han desarrollado una nueva técnica que, basada en el láser, abre una ‘ventana temporal’ de más de seis semanas en esta barrera, lo que permite que los fármacos quimioterápicos puedan alcanzar el cerebro y, así, tratar los tumores cerebrales –entre otros, el glioblastoma, uno de los tumores más comunes y mortales del cerebro, con una supervivencia media que no excede de los 12-15 meses.

Como destaca David D. Tran, director de esta investigación publicada en la revista «PLOS ONE», «nuestro descubrimiento ofrece la posibilidad de que una gran cantidad de fármacos que eran ineficaces al no poder superar la barrera hematoencefálica puedan ser ahora utilizados en la lucha contra el glioblastoma».

Así, explica David Tran, «esperamos que nuestro hallazgo ayude a aumentar la supervivencia de los pacientes. Y es que a día de hoy contamos con varios fármacos que deberían ser eficaces en el tratamiento de los tumores cerebrales».

‘Freír’ el tumor

En el estudio, los investigadores observaron que la técnica de ‘ablación por láser guiada por imagen por resonancia magnética’, hasta ahora empleada únicamente para tratar de destruir directamente los tumores cerebrales, es capaz de abrir un espacio localizado en la barrera hematoencefálica.

Concretamente, el láser eleva la temperatura del área cerebral en la que es irradiado. De ahí que a día de hoy haya sido utilizado para ‘calentar’ –o más bien ‘freír’– las células tumorales cerebrales hasta que acaban muriendo. Sin embargo, esta irradiación tiene una segunda consecuencia: cuando las temperaturas no son excesivas, la barrera hematoencefálica que rodea el tumor se abre temporalmente sin que se dañen las neuronas del cerebro.

Por ello, los investigadores utilizaron la ablación por láser en 14 pacientes con glioblastoma en tratamiento con doxorrubicina, fármaco quimioterápico utilizado en diversos tipos de cáncer y que, por lo general, es incapaz de superar la barrera hematoencefálica.

Y el uso del láser, ¿mejoró el pronóstico de los pacientes? Pues como indica David Tran, «los resultados preliminares sugieren una posible mejora de la supervivencia cuando se administra la quimioterapia entre la cuarta y sexta semanas de apertura en la barrera hematoencefálica».

Ventana temporal

Es más; según los autores, la apertura de la barrera también podría facilitar la llegada al tumor de distintas células del sistema inmune. De hecho, como indica David Tran, «los primeros resultados sugieren que la ablación por láser podría ayudar al sistema inmune del organismo a atacar el tumor».

Sin embargo, como reconocen los propios autores, los resultados han sido alcanzados con una muestra de pacientes excesivamente pequeña. Sea como fuere, destaca el director de la investigación, «creemos que los resultados son suficientes para mostrar que la ablación por láser crea una apertura crucial en la barrera hematoencefálica. Además, estos son sólo los resultados iniciales de un estudio más grande en desarrollo en el que participan 40 pacientes».

Concretamente, los investigadores esperan terminar su estudio sobre la ablación por láser y el tratamiento con doxorrubicina en un plazo de 12 meses. Y para entonces, de confirmarse los resultados, «nos encontraremos en disposición de testar la efectividad de un gran número de fármacos», concluye David Tran.


FUENTE: ABC

miércoles, 24 de febrero de 2016

Utilizan azúcar para detectar tumores malignos en pruebas de imagen

Científicos de las universidades de Lund (Suecia) y Johns Hopkins (EE.UU) están probando el uso de azúcar como agente de contraste en muchas pruebas de diagnóstico por imagen para el cáncer, como en resonancias magnéticas, tras haber descubierto que los tumores malignos acumulan más azúcar en su interior que en el tejido circundante.
"Si el azúcar logra sustituir a algunos metales como medios de contraste en el organismo, también podría conllevar un efecto psicológico positivo y hacer que los pacientes estuvieran más tranquilos", ha destacado Linda Knutsson, autora del estudio que ha publicado recientemente la revista 'Tomography'.

En concreto, Knuttson y su equipo proponen utilizar una pequeña inyección de azúcar para examinar las propiedades tumorales tras observar que, cuanto más azúcar consumen, más maligno es.

A raíz de este hallazgo, esta experta está trabajando en el desarrollo de una nueva técnica de diagnóstico por imagen basada en resonancias magnéticas utilizando para ello un agente de contraste no sintético, a diferencia de los que de momento se utilizan en este tipo de pruebas. Y, de momento, apuntan los autores, los resultados son prometedores.

Así, han visto que la absorción de azúcar es mayor en el tumor que en el tejido sano, según las pruebas llevadas a cabo en tres pacientes que presentaban un tumor cerebral y su comparativa con cuatro personas sanas.

De hecho, los investigadores planean iniciar próximamente un nuevo estudio con más pacientes para ver si realmente puede determinar la agresividad de un tumor.

"Los agentes de contraste con metales son más caros que los basados en azúcar, lo que podría reducir el coste asistencial de estos pacientes", ha defendido Knutsson. El inconveniente, según reconoce, es que no podría utilizarse en pacientes con diabetes.


FUENTE: Informativos Telecinco

lunes, 22 de febrero de 2016

Una alteración bioquímica, responsable de la resistencia de tumores cerebrales agresivos

Científicos de la Universidad Autónoma de Barcelona han identificado la alteración bioquímica y molecular que provoca la resistencia a la radioterapia y la quimioterapia en el glioblastoma, el tumor cerebral más agresivo. El hallazgo podría permitir, en un futuro, diseñar nuevas terapias más eficaces.
El glioblastoma es la manifestación más agresiva de los tumores cerebrales. Debido a la elevada capacidad invasiva y su crecimiento descontrolado infiltrativo, es un tumor especialmente difícil de tratar. Actualmente, el tratamiento establecido para los pacientes con estos tumores consiste en la combinación de cirugía (cuando es posible), radiación y quimioterapia.

Esta terapia combinada ha resultado ser parcialmente eficaz, aumentando la supervivencia global de los pacientes alrededor de 15 meses. Sin embargo, esta aproximación sigue siendo ineficaz para erradicar completamente las células malignas y, por desgracia, las recurrencias son otro de los hechos característicos de este cáncer.

Un equipo de investigadores del Instituto de Neurociencias de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), junto con el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge, la Universidad de Barcelona, ​​el Hospital Universitario de Bellvitge y el Instituto Catalán de Oncología, ha identificado una alteración molecular común en el glioblastoma.

Los científicos han observado que las células de este tipo de tumor albergan un defecto intrínseco común que consiste en una incapacidad para degradar su material genético durante la apoptosis, la forma más importante de muerte celular programada inducida por la radioterapia y por agentes quimioterapéuticos. Los resultados se publican en la revista Neuro-Oncology.

Este defecto está relacionado con una enzima: la endonucleasa activada por caspasas, DFF40 / CAD. Esta enzima, esencial para que la célula degrade su ADN durante la apoptosis, aparece disminuida y localizada de manera incorrecta dentro de las células tumorales en comparación con las no tumorales.
Los investigadores han observado que la sobreexpresión de la enzima permite a las células de glioblastoma degradar correctamente su contenido genómico, de acuerdo a lo que se espera de una muerte celular apoptótica.

La degradación del ADN durante la apoptosis es esencial para que la posterior eliminación de los restos celulares se produzca de forma correcta. De hecho, la falta de degradación y eliminación del material genético proveniente de células malignas podría acarrear consecuencias perjudiciales para el organismo, como el rebrote de nuevos procesos tumorales, a menudo más agresivos que el original.

Diseñar terapias más eficaces

A pesar de los esfuerzos realizados durante la última década, hasta ahora no se había encontrado ningún defecto genético ni bioquímico común en células de glioblastoma. El descubrimiento, los bajos niveles de expresión de la enzima endonucleasa DFF40 / CAD observados y la deficiencia para degradar y compactar de forma adecuada su material genético, constituyen un potencial marcador molecular en este tumor.

Además, el hecho de que esta alteración se haya observado en todos los casos estudiados hace pensar en su posible relevancia de cara a entender la agresividad de este cáncer. Los investigadores esperan que estos nuevos resultados ayuden a entender mejor lo que está pasando en el interior del tumor y, tal vez, permitan diseñar en un futuro nuevas terapias más eficaces para esta enfermedad letal.

Este hallazgo es el resultado de una estrecha colaboración entre la investigación básica y la clínica. El doctor Víctor J. Yuste, investigador del departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la UAB y del Instituto de Neurociencias de la UAB, ha liderado un equipo multidisciplinar de investigadores de investigación básica, neurooncólogos, patólogos y neurocirujanos del mismo la Instituto de Neurociencias, del Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades Neurodegenerativas (CIBERNED), del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge, la Universidad de Barcelona, ​​el Hospital Universitario de Bellvitge y el Instituto Catalán de Oncología.


FUENTE: Agencia SINC

Operan de un tumor a un paciente mientras vive una realidad virtual con unas gafas 3D


Por primera vez en el mundo, un paciente ha sido operado de un tumor cerebral mientras observaba a través de unas gafas 3D una realidad virtual. El experimento ha tenido lugar en el Centro Hospitalario Universitario de Angers (Maine y Loira) y ha tenido tan buen resultado que se están contemplando otras aplicaciones del experimento.
A medida que transcurría la operación, el paciente, que había sido sedado previamente con anestesia local, debía ir comentando todo aquello que podía ver a través de sus gafas. Así, los médicos han podido comprobar que la extracción del tumor, situado entre las zonas del lenguaje y las conexiones visuales de su cerebro,  no afectaba ni a su capacidad de habla ni a su visión. El equipo que ha realizado la intervención ha asegurado al diario francés Le Parisien que ha sido un completo éxito y que en tres semanas, el paciente estará completamente curado.
Este nuevo logro de la tecnología médica podría suponer una nueva puerta para operaciones que de otra forma no serían realizables. Por ejemplo, el uso de la realidad virtual podría permitir saber si la zona del cerebro humano que rige la toma de decisiones está afectada por un tumor.


FUENTE: telecinco.es

viernes, 12 de febrero de 2016

Expertos desarrollan una herramienta capaz de diferenciar entre tejido sano y tumoral en una cirugía cerebral

Empresas e instituciones europeas, entre ellas el Grupo Álava Ingenieros, están participando en el desarrollo del proyecto 'HELICoID' que tiene como objetivo desarrollar un demostrador capaz de discriminar entre tejido sano y tumoral en tiempo real durante una intervención quirúrgica cerebral en personas.

"Se trata de una sofisticada herramienta que aporta al neurocirujano información precisa de la localización del tumor en la sala de operaciones mediante imágenes hiperespectrales. Dado que el cáncer implica un cambio en la fisiología celular, esta alteración puede ser detectada como un cambio en la firma hiperespectral del tejido", ha explicado el miembro de la División de Diseño de Sistema Integrados (DSI) del Instituto Universitario de Microelectrónica Aplicada (IUMA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) e impulsor de 'HELICoID', Gustavo Marrero Callicó.

En concreto, prosigue, esta herramienta permite visualizar con gran nitidez la frontera entre tumor y tejido sano -algo realmente complejo- en tiempo real. Las imágenes hiperespectrales que se captan del cerebro del paciente, además, van cambiando según se van extrayendo las células tumorales por lo que los desplazamientos en la masa encefálica ya no dificultan el trabajo.

"Esto es algo inaudito en la neurocirugía. Y todo este proceso lo realizamos de manera no invasiva ya que el HELICoID no actúa sobre el paciente. Sólo capta imágenes sin necesidad de inyectar contrastes ni aplicar radiaciones", ha apostillado el adjunto al servicio de Neurocirugía del Hospital Doctor Negrín y del Hospital Vithas Santa Catalina, en Las Palmas de Gran Canaria, Juan Francisco Piñeiro Martí.

Asimismo, Callicó ha asegurado que para la fiabilidad del sistema es clave la elección de los sensores hiperespectrales adecuados, trabajo "esencial" que ha desarrollado Grupo Álava Ingenieros y que, a su juicio, es "decisivo en el éxito del proyecto.

"Nuestra aportación consiste en la definición de los sensores idóneos en función de los problemas que irían apareciendo en el desarrollo del proyecto. Este trabajo es clave en el funcionamiento del sistema porque esos sensores aportan la precisión que un proyecto de este tipo necesita", han argumentado Yago Sánchez y Sergio García, director de Área y jefe de Producto de Grupo Álava Ingenieros, respectivamente.

YA EXISTE UN SISTEMA EXPERIMENTAL INTRAOPERATORIO

De hecho, los expertos disponen ya de un sistema experimental intraoperatorio que ofrece a los neurocirujanos mayor cantidad de información, lo que les permite confirmar la resección en tiempo real de operación, evitando indeterminaciones debidas al desplazamiento de masa cerebral y aumentando el nivel de confianza en la consecución de los objetivos quirúrgicos.

"Hasta el momento, los primeros resultados son muy positivos. Ya se han hecho las primeras pruebas en operaciones a pacientes del hospital del Hospital Universitario Doctor Negrín, en Las Palmas de Gran Canaria. En concreto, ha sido usado hasta la fecha en 22 intervenciones quirúrgicas, lo que ha permitido obtener varias capturas de distintos tipos de tumores y crear una base de datos preliminar para el desarrollo de los algoritmos de clasificación", ha enfatizado Callicó.

Superada la primera fase del proyecto con éxito, los investigadores van a acumular datos para garantizar la fiabilidad del sistema. En concreto, de cada paciente se ha obtenido una cantidad variable de tomas, de las cuales, cada una contener de 500.000 a 800.000 firmas hiperespectrales. Además, los expertos han entrenado una serie de algoritmos que permiten a día de hoy detectar con una precisión del 98 por ciento las células tumorales.

El aparato se ha trasladado recientemente al University Hospital of Southampton (Reino Unido) para ampliar el espectro de pacientes en diferentes poblaciones, lo que hará crecer considerablemente la base de datos y ajustar los algoritmos de forma más precisa para cumplir el objetivo de tener el prototipo completamente terminado para finales del año 2016.

"Empezamos trabajando con el tumor cerebral porque es el más complicado y difícil de identificar. Hay tumores más sencillos de detectar, como los de piel o colon, por ejemplo. Pero si demostramos que la imagen hiperespectral es capaz de ayudar en la detección de tumores cerebrales habremos logrado lo difícil, porque a continuación se puede aplicar en otros procesos tumorales, como el cáncer de mama, para eliminar el tejido tumoral con mayor precisión", ha zanjado Callicó.


FUENTE: La Vanguardia

jueves, 4 de febrero de 2016

Yo he sobrevivido al cáncer

Óscar Prieto todavía recuerda cómo fue solo a recoger los resultados de la resonancia. Con el traje de abogado todavía puesto, al salir de su despacho, pensó que sería un trámite rápido. Veinte minutos y listo. Tenía sólo 29 años. Hacía seis meses que había fundado su propio bufete con otros socios, pero poco sospechaba aquella tarde de octubre que estaba a punto de cambiar su vida.Los veinte minutos previstos se alargaron lo suficiente para que el médico le dijese que sus fuertes dolores de cabeza estaban causados por «dos bolitas» en el cerebelo. «Tenemos que intervenirte. Ingresas mañana». Boom.La siguiente escena de esta película con final feliz muestra a Óscar recorriendo en camilla los pasillos del Hospital Clínico de Madrid rumbo al quirófano. «Siempre he sido bastante optimista, así que a pesar del shock inicial pensaba que, después de todo, tenía suerte de que me pudiesen tratar», cuenta a EL MUNDO.Y eso que todo lo que había leído en internet sobre el cáncer cerebral «tenía una pinta malísima». El problema, como admite el doctor Juan Manuel Sepúlveda, portavoz de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), es que el cáncer cerebral agrupa varias enfermedades diferentes, en función del tejido y las células donde se le origina, y hacer generalizaciones es difícil.Los apellidos del tumorCuando Óscar se operó, su enfermedad aún no tenía esos apellidos que permiten afinar mejor el pronóstico de cada paciente. En su caso, los resultados de Anatomía Patológica hablaban de un meduloblastoma que, como explica el doctor Sepúlveda, son tumores más habituales en la infancia. Sólo el 20% de los pacientes diagnosticados con este tipo de cáncer cerebral son adultos.De hecho, admite el especialista del Hospital 12 de Octubre de Madrid, aunque se trata con una combinación de quimio y radioterapia después de la cirugía, «conocemos menos el tratamiento que en el caso de los niños». Eso sí, añade a continuación, es un tumor con mejor pronóstico que otros tipos de cáncer cerebral y hasta el 75% de los pacientes puede llegar a alcanzar la curación.Es el caso de Óscar. A la cirugía siguieron, varios días en la UCI, dos semanas ingresado y, poco después, varios meses de quimio y radioterapia. «Esto último fue casi peor que la quimioterapia, porque la radioterapia craneal es muy compleja, tiene que ser muy precisa, para que no se radien los tejidos vecinos», explica. «Te ponen una máscara especial, tienes que estar muy quieto, sin respirar apenas... Todo ello me exigió una gran fortaleza mental».Hablar de cáncer cerebral supone en realidad hablar de varias enfermedades diferentes; en función del área del cerebro en la que aparezca el tumor o el tipo de células en las que se origina la enfermedad. Como explica el doctor Sepúlveda, el más frecuente (y también el más agresivo) de todos ellos es el glioblastoma, que representa el 40% de todos los tumores cerebrales.
Este tipo de tumor cerebral tiene una incidencia de siete casos por 100.000 habitantes al año y, a pesar de lo mucho que ha avanzado el conocimiento sobre su comportamiento, la supervivencia no ha logrado superar en los últimos años los 14 meses de media.Como explica el doctor Sepúlveda, sólo el 20% de estos pacientes se puede operar completamente en el momento del diagnóstico de la enfermedad, normalmente tras la aparición de algunos síntomas neurológicos sospechosos (cefaleas, parálisis facial...). «Otro 60% sólo se puede operar parcialmente y en el 20% de los casos sólo es posible hacer una biopsia». Y como ocurre en la mayor parte de tumores, cuanto más y mejor se puede operar, mejores son las perspectivas para el paciente.Hace unos años, la quimioterapia y la radioterapia se administraban una a continuación de la otra, pero los ensayos clínicos han ido demostrando que cuando ambas se aplican conjuntamente el resultado mejora. Aún así, desgraciadamente, como explica el especialista español, estas terapias apenas logran retrasar unos meses una nueva recaída «porque las células del glioblastoma suelen infiltrar los tejidos y no es posible eliminarlas completamente en el momento de la cirugía».A pesar de que cada día se conocen mejor sus mecanismos de señalización y vías genéticas, los distintos ensayos clínicos que se han llevado a cabo (bloqueando proteínas, cortando el suministro de nutrientes, utilizando virus a modo de taxi...) acaban en fracaso. En los próximos meses, explica el doctor Sepúlveda, se conocerán los resultados de un ensayo internacional que trata de utilizar una vacuna a modo de inmunoterapia.Otro tipo de tumores cerebrales, diferentes del glioblastoma, tienen un pronóstico un poco más esperanzador. Es el caso del oligodendroglioma, «muy bien conocido a nivel molecular» y que responde bien a la combinación de quimio y radioterapia. Y finalmente, después del ya mencionado meduloblastoma, el que le tocó a Oscar, (que ocuparía el tercer lugar en incidencia), el doctor Sepúlveda menciona el astrocitoma de bajo grado, «un tumor de crecimiento lento y que la neurocirugía consigue extirpar cada vez de manera más precisa».Durante todo el tiempo transcurrido desde que le diagnosticaron el cáncer hasta el momento actual, incluidas las difíciles curas de las dos cicatrices que todavía pueden verse en su cabeza, Óscar destaca el papel fundamental de su familia. «Tú estás alterado psicológicamente, te cambia el carácter, estás irascible... Ellos tienen que tener mucha mano izquierda», reconoce.En este largo viaje de ocho años, Óscar ha dejado aparcada su carrera como abogado y algo de memoria («a veces me tienen que repetir las cosas porque no me entero»), pero a cambio ha ganado una carrera como activista. Al año de terminar los tratamientos, entró por primera vez en una reunión de pacientes con cáncer y salió como presidente de ASATE, la Asociación de Afectados por Tumores Cerebrales en España. Desde ASATE son conscientes de que tienen una misión difícil, atraer a pacientes que, en su mayoría, tiene un mal pronóstico y, si logran superarlo, no quieren saber nada más de ese mal sueño llamado cáncer. Pero como dice Óscar, «si quieres cocinar, lo mejor es que te enseñe un cocinero», y por eso centran todos sus esfuerzos «en que los pacientes cuenten con un sitio donde alguien que ha pasado por lo mismo que ellos les pueda explicar lo que les va a suceder». Atención psicológica, información sobre ensayos clínicos, rehabilitación neurológica para las secuelas de los tratamientos... «A veces, tan encantados como los propios pacientes lo están sus familias».Óscar es consciente de que es un privilegiado, «híper afortunado», pero atribuye su fortaleza mental a su carácter optimista: «Creo que en el cáncer es muy importante cómo enfoques tu enfermedad».


FUENTE: El Mundo

Descubren mecanismo que provoca tumores infantiles por la fusión de dos genes

Científicos en EE.UU. han identificado los mecanismos genéticos que causan un tipo de tumor cerebral infantil, lo que representa un avance para su diagnóstico y tratamiento, reveló un estudio que publica hoy la revista británica "Nature".

Una inusual anormalidad del ADN en menores es la responsable de la aparición del "glioma angiocéntrico", un tipo de tumor perteneciente al grupo de gliomas pediátricos de bajo grado (PLGG, sus siglas en inglés) y, hasta la fecha, no se le había podido señalar como su origen.

El estudio, liderado por expertos en el Hospital Infantil de Filadelfia (CHOP) y el Instituto sobre el Cáncer Dana-Farber (DFCI) de Boston, demostró que un gen que causa tumores cerebrales en menores presenta una "triple amenaza" al operar simultáneamente a través de tres mecanismos biológicos distintos, el primer ejemplo de este tipo que se conoce en la investigación oncológica.

Según sus autores, este hallazgo presenta, a su vez, "beneficios triples", pues mejorará la precisión de los diagnósticos, ofrecerá "pistas" para crear tratamientos más eficaces y ampliará el conocimiento de los proceso moleculares que provocan otros tipos de cáncer.

Hasta ahora, recuerdan los expertos, no existían pruebas patológicas definitivas para ayudar a identificar los "gliomas angiocéntricos", cuyo nombre refleja la tendencia de sus células cancerígenas a alinearse en torno a los vasos sanguíneos del cerebro.

Entre los primeros síntomas que propician su diagnóstico figuran convulsiones y, aunque están clasificados como tumores, no son malignos y no desarrollan metástasis, por lo que, normalmente, son tratados con cirugía y, en la mayoría de los casos, no es necesario recurrir a la radio o quimioterapia.

Sin embargo, dado que han sido descubiertos hace apenas una década y que resulta difícil identificarlos con total precisión, algunos pacientes reciben terapia adicional para evitar su reaparición, lo que, a menudo, afecta al crecimiento cerebral.

"Ahora sabemos que estos gliomas angiocéntricos tienen una biología diferente y ahora conocemos la manera exacta de identificarlos", explicó en un comunicado el investigador del DFCI Rameen Beroukhim, coautor principal del estudio junto a Keith Ligon (DFCI) y Adam Resnick (CHOP).

Para esta investigación analizaron datos de 249 tumores PLGG, entre ellos 19 gliomas angiocéntricos, y descubrieron que su causante es la reordenación de segmentos de ADN que unen o fusionan dos genes distintos, el MYB y el QKI.

El MYB es un "proto-oncogen" -un gen normal que, no obstante, puede convertirse en un gen cancerígeno- y el QKI es un gen supresor de tumores cuya función es evitar que las células se tornen malignas.

Cuando ambos genes se juntan, los científicos constataron que el nuevo MYB-QKI desencadena no solo uno, sino tres mecanismos que convergen para crear un tumor.

"Esta es la primera vez que se demuestra que el reordenamiento de un único factor causante transforma simultáneamente las células a través de tres mecanismos genéticos y epigenéticos en un cáncer", apunta Beroukhim.

Como consecuencia de este hallazgo, agrega, los gliomas angiocéntricos deben de ser clasificados como una entidad biológica independiente, extremo confirmado por la presencia de una fusión de genes.

"Esto -dice- podrá ayudar a distinguir a los gliomas angiocéntricos de los tumores con un alto índice de recurrencia, los cuales pueden necesitar tratamientos adicionales".


FUENTE: eldia.es