Josep Tabernero, investigador
principal del estudio
Las metástasis cerebrales
evolucionan de forma independiente, desarrollando alteraciones genéticas
comunes que, en más de la mitad de los casos, no se detectan en el tumor
primario. Así lo revelan los resultados de un estudio internacional en el que
han participado investigadores del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona y del
Vall d'Hebron Instituto de Oncología (VHIO) y en el que se ha secuenciado el
exoma completo (la parte del gen que contiene la información que dará lugar a
las proteínas) de 86 metástasis cerebrales, tumores primarios y tejido normal.
Las metástasis procedían mayoritariamente de cánceres de pulmón (38 casos),de
mama(21 casos) y carcinomas de células renales (10 casos), según informan
fuentes del Hospital Vall d'Hebron.
Del ensayo, publicado en la revista
«Cancer Discovery», se desprende también que muchas de estas mutaciones
genéticas se asocian a la sensibilidad a determinadas proteínas (PI3K, AKT,
mTOR, CDK) y a los inhibidores de HER2 i EGFR. Si tenemos en cuenta que los
tratamientos para las metástasis cerebrales se diseñan a partir de las muestras
del tumor primario, la información que aporta el estudio es relevante porque
identifica mutaciones genéticas que no se habían detectado hasta ahora, que son
comunes en la mayoría de metástasis, y las asocia con diferentes grupos de
proteínas que podrían convertirse en dianas terapéuticas viables para nuevos
tratamientos dirigidos, según precisan fuentes del centro barcelonés.
El doctor Josep Tabernero, jefe del
Servicio de Oncología Médica del Vall d’Hebron, director del VHIO, y uno de los
participantes en el estudio, explica que «la información que aporta este
estudio es relevante porque abre la puerta a poder diseñar en el futuro
tratamientos más personalizados para los pacientes con metástasis cerebrales;
una situación clínica en la historia natural del cáncer que actualmente tiene
muy mal pronóstico y para la que no disponemos de tratamientos muy eficaces».
Dianas terapéuticas válidas
«De momento, gracias a este ensayo, hemos
observado que hay características genéticas comunes en diferentes mutaciones
que comparten muchas de las metástasis cerebrales analizadas y, a partir de
aquí, hay que seguir investigando en esta línea para confirmar que pueden
convertirse en dianas terapéuticas válidas para el tratamiento», asegura
Tabernero.
En un 53% de los casos analizados en
el estudio se ha observado al menos una alteración genética no detectada en la
biopsia del tumor y, en la mayoría de estos casos, están asociadas a una mayor
sensibilidad a diferentes grupos de proteínas, que podrían convertirse en vías
para diseñar terapias individualizadas a partir de inhibidores de las mismas.
«El descubrimiento de que las
mutaciones genéticas de la metástasis cerebral pueden ser diferentes de las del
tumor primario del que deriva, comporta un nivel añadido de complejidad a la
hora de conocer las características de la enfermedad y determinar el
tratamiento óptimo para el paciente. Si sólo tenemos información del tumor
primario, no sabremos qué características tiene la metástasis cerebral y cómo
tratarla. Esto implica que debemos estudiar y caracterizar en profundidad no
sólo el tumor primario, sino también las metástasis cerebrales que genera para
mejorar el tratamiento», apunta Joan Seoane, profesor de la ICREA, director de
Investigación Translacional del VHIO en el Hospital Universitario Vall d’Hebron
y participante en el estudio.
La investigación también ha revelado
mutaciones que predicen la sensibilidad a los inhibidores de EGFRy de HER2 (por
ejemplo trastuzumab, gefitinib, cetuximab, erlotinib, lapatinib) en 26 casos,
en dos de los cuatro genes evaluados.
Un cáncer con pocas opciones de
tratamiento
Las metástasis cerebrales,
especialmente las que proceden de melanomas y carcinomas de pulmón y de mama,
son el tumor más frecuente en el cerebro y tienen muy mal pronóstico. Cada año
se diagnostican unos 200.000 casos sólo en los Estados Unidos, y la media de
supervivencia oscila entre los tres y los 27 meses después de la diseminación
metastásica en el cerebro. Por desgracia, las opciones de tratamiento son
limitadas y la mayoría de los ensayos clínicos actuales en los Estados Unidos
excluyen a los pacientes con metástasis cerebrales.
Las metástasis cerebrales
representan una necesidad no satisfecha en la atención oncológica actual.
Aproximadamente entre un 8 y un 10% de los pacientes con cáncer desarrollará
metástasis cerebrales, y más de la mitad de estos pacientes morirá en pocos
meses después del diagnóstico.
FUENTE: ABC
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