Investigadores del Instituto Crick
Francis, en Reino Unido, y la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, han
descubierto una nueva forma de potencialmente “encerrar” un tumor y ayudar a
detener la propagación de células cancerígenas, según informa un artículo sobre
su trabajo que se publica este jueves en ‘EMBO Reports’.
Los tumores hacen que las células
llamadas fibroblastos den rigidez al tejido circundante de manera que las
células cancerosas puedan agarrarse a ellos permitiéndoles pasar a través de la
corriente sanguínea y extenderse por todo el cuerpo.
Sin embargo, el equipo de esta
investigación demostró que al añadir fármacos experimentales se reprogramaron
los fibroblastos, impidiendo que proporcionen rigidez al tejido alrededor de
los tumores. Este tejido sano atrapa las células cancerosas, bloqueando su
movimiento lejos del tumor.
Estos expertos mostraron en ratones
que dirigirse a los fibroblastos redujo el movimiento de las células cancerosas
del tumor a los pulmones y el hígado a través del torrente sanguíneo. “Esto
podría ser una nueva y emocionante forma de aprovechar el potencial del tejido
sano circundante para contener los cánceres y frenar los tumores agresivos,
deteniendo la migración de las células del cáncer y su traslado a nuevos lugares
en el cuerpo”, afirma el coautor principal del estudio, Erik Sahai, del
Instituto Crick Francis.
A ello, la coautora Janine Erler,
del Centro de Innovación e Investigación en Biotecnología (BRIC, por sus siglas
en inglés) de la Universidad de Copenhague, añade: “Es pronto, pero resulta una
nueva vía de investigación muy prometedora. Si otros estudios muestran que esta
ruta puede beneficiar a los pacientes, podría ayudar a romper uno de los retos
más difíciles en la investigación del cáncer, la forma de detener la
propagación de tumores”.
Como estos fibroblastos están
presentes en todos los tumores sólidos, estos resultados pueden ser relevantes
para muchos tipos de cáncer diferentes. “La terapia que probamos se utiliza
para tratar las enfermedades inflamatorias y podría ser empleada para el
tratamiento de pacientes con cáncer”, adelanta esta investigadora.
Según Nell Barrie, del Cancer
Research UK, uno de los organismos que financió el trabajo, la mayoría de las
muertes por cáncer se producen cuando las células cancerosas viajan a nuevos
sitios en el cuerpo y crecen como tumores secundarios. “Sabemos que no sólo las
células cancerosas juegan un papel en este proceso, otras células en y
alrededor de los tumores también están involucradas”, recuerda.
“La buena noticia es que
investigaciones como ésta tienen el potencial de descubrir nuevas maneras de
impedir que el cáncer avance. En última instancia, esperamos que estos
hallazgos puedan conducir a mejores formas de controlar la enfermedad y salvar
más vidas”, concluye Barrie.
FUENTE: granadadigital.es
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