Los estudios que sirven para poner a
prueba la eficacia y seguridad de nuevos medicamentos son el pilar sobre el que
se asienta la innovación, pero están empezando a ponerse en evidencia algunas
de sus carencias. Cada vez hay más voces que demandan a quienes diseñan estos
ensayos que busquen fórmulas para que el proceso consuma menos tiempo y, una
vez probadas eficacia y seguridad, la innovación esté al alcance de los
enfermos lo antes posible. Según el Instituto para la Investigación del Cáncer
en Reino Unido (Cancer Research UK), aunque no hay un plazo estándar, suele
llevar entre 10 y 15 años completar todas las fases de estudio de un nuevo
medicamento antes de que dar el paso de solicitar su aprobación. Otras
instituciones ofrecen estimaciones muy similares. David Epstein, máximo
responsable de la división farmacéutica de Novartis, confirma que ellos han
decidido añadir determinadas variables en algunos ensayos de nuevos fármacos
«por indicación expresa de los pacientes». En cuanto a los plazos, Epstein
admite que «a veces completar los ensayos clínicos consume más tiempo del que
debería». En Novartis se han preguntado por qué para buscar soluciones, y
tienen un equipo dedicado a buscar fórmulas para reducir la duración de los
protocolos y acercar los ensayos a los pacientes.Una de las estrategias que
proponen es aprovechar los smartphones y otros dispositivos cada vez más
habituales para, combinándolos con sensores, hacer que la información sobre un
paciente llegue de forma inmediata a los investigadores, sin hacer que los
participantes tengan que desplazarse para proporcionarles esos datos.
Ya hay aplicaciones móviles que
ayudan a las personas que participan en un ensayo clínico a gestionar mejor su
tiempo y a mejorar la comunicación con los investigadores. Estas herramientas
permiten reducir el número de sujetos que acaban abandonando los ensayos, algo
que muchas veces sucede por la cantidad de visitas a la consulta que los
pacientes deben hacer durante el periodo de seguimiento. Los sensores
portátiles y otros instalados en el domicilio que sirven para registrar los
datos clínicos tienen otra ventaja: contribuyen a recabar información más
precisa, que llega a los responsables de la investigación de forma inmediata,
se registra de forma digital y se pueden analizar más fácilmente que las
historias en papel.
Mejorar el acceso
Además, se busca incrementar la
transparencia en todo el proceso. Varias compañías farmacéuticas, Novartis
entre ellas, colaboran ya en Estados Unidos en una plataforma llamada
«Patients2Trials Consortium» para mejorar el acceso a la información sobre
ensayos clínicos. En ella los pacientes que deseen entrar en un ensayo pueden
realizar búsquedas para saber en cuáles podrían ser los más adecuados a su
perfil.
Según un reciente sondeo, aunque más
de la mitad de los pacientes estadounidenses (57 por ciento) estarían
dispuestos a incorporarse a un estudio, la mitad de los trabajos de
investigación se quedan por debajo de su objetivo inicial en número de
pacientes reclutados. Asociados a su historia clínica, los usuarios de la
plataforma podrán ver hospitales y médicos implicados en cada ensayo, así como
información para poder ponerse en contacto con ellos.
FUENTE: La Razón
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