Estos son solo algunos ejemplos de
la batalla que la ciencia libra contra el cáncer, seleccionados por EFEsalud, y
en muchos de ellos participan grupos de investigación españoles:
Inmunoterapia
Activar o quitar los frenos del
sistema inmunológico para que combata a las células cancerígenas ya es una
realidad en cánceres como el melanoma o los de la sangre. Pero cada año la
precisión en los tratamientos es mayor y, sobre todo, intentan llegar a nuevos
tipos tumorales.
Y este es el caso del cáncer de
pulmón, que hasta ahora se resistía a la inmunoterapia. Este año se han
aprobado ya fármacos inmunomoduladores (nivolumab y pembrolizumab) contra el
tumor de pulmón no microcítico, en el subtipo no escamoso, que se da en 2 de
cada 3 casos de uno de los cánceres más mortales y frecuentes.
Una terapia inmunológica que ha
demostrado aumentar supervivencia en los pacientes que ya han recibido
quimioterapia. Además, se está estudiando su efecto en primera línea en lugar
de la quimioterapia al ser tratamientos muy prometedores con unos efectos
tóxicos diferentes.
La inmunoterapia también se
investiga como opción para otros cánceres como el gástrico, el de hígado o el
de colon. En este último, “se están investigando múltiples moléculas como
pembrolizumab, tremelimumab, nivolumab, ipilimumab, urelumab y otros muchas; y
para alguna de ellas tal vez debamos seleccionar mejor a los pacientes
tratados, posiblemente los que presentan inestabilidad de microsatélites”,
explica Aitana Calvo, secretaria científica de la Sociedad Española de
Oncología Médica (SEOM).
Terapias dirigidas
Otra de las vías de investigación en
auge es el hallazgo de nuevos anticuerpos monoclonales que se dirigen contra
los antígenos o marcadores de la célula tumoral disminuyendo así el daño en las
células sanas y los inhibidores de las vías de activación que inhiben la
proliferación celular y permiten la muerte de las células dañadas impidiendo
así que se multipliquen.
Así, este año se han presentado tres
anticuerpos monoclonales en menos de un mes que han revolucionado el
tratamiento contra el mieloma, un tipo de cáncer de médula ósea producido por
una degeneración del ADN de las células plasmáticas para el que apenas había
terapia farmacológica y que es prácticamente incurable.
También se han visto ensayos mes de
diciembre en la reunión de la Sociedad Americana de Hematología (ASH por su
siglas en inglés) relativos al inhibidor midostaurina, una esperanza contra la
leucemia mieloide aguda, la más grave, después de una década sin nuevos
fármacos, o el Estudio Green que prueba que el obinutuzumab combinado con
quimioterapia que contribuye en la leucemia linfática crónica a eliminar gran
parte de las células cancerosas.
Vacunas terapéuticas
Otras estrategias terapéuticas
novedosas y prometedoras que se están investigando son las vacunas terapéuticas
contra los antígenos tumorales, produciendo una respuesta inmune que permita
reconocer y destruir las células tumorales, prevenir que el tumor vuelva a
desarrollarse (gracias a la “memoria” del sistema inmune) o eliminar los restos
de células tras otros tratamientos.
Otras áreas de investigación
importantes serían los tratamientos con virus oncolíticos, que infectan
preferentemente las células tumorales ya sea de forma natural o mediante
modificaciones producidas en el laboratorio para que se dirijan contra
antígenos específicos del tumor como el EGFR o el HER-2, multiplicándose en el
interior de la célula tumoral y ocasionando su destrucción.
Terapia génica
Otro tipo de terapias que se
encuentran todavía en fase de experimentación sería la terapia génica que trata
de introducir material genético en células vivas mediante virus, liposomas o
nanopartículas.
Mediante estos tratamientos se
intenta destruir las células tumorales, impedir su crecimiento, intensificar la
reacción inmunitaria del paciente al cáncer o hacerlas más sensibles a los
efectos de otros tratamientos.
Se cultivan los llamados linfocitos
T citotóxicos que han invadido el tumor de un paciente, se identifican los que
tienen mayor actividad antitumoral en el laboratorio, se modifican si es
preciso, se cultivan y se infunden de nuevo en el paciente. Este tipo de
terapias se estudió primero en melanoma, pero actualmente se está investigando
en todo tipo de tumores sólidos y hematológicos.
Diagnóstico
Encontrar nuevas vías de diagnóstico
que faciliten la detección precoz del cáncer es otro de los objetivos de la
ciencia. Y una de ellas es la biopsia líquida que a través de una extracción de
sangre permite identificar mutaciones para aportar información sobre el
pronóstico.
“Es una técnica mínimamente invasiva
-apunta la doctora- que proporciona información sobre cómo evoluciona el tumor
en el paciente, cómo se hace resistente a los distintos tratamientos,
permitiendo además el diagnóstico precoz de la recidiva”.
“Actualmente existen muchos estudios
en marcha sobre la biopsia líquida para cáncer de colon y de recto, mama y
otros”, apunta Aitana Calvo, oncóloga en el Hospital Gregorio Marañón de
Madrid.
Y, en este campo, este año ha
destacado la técnica desarrollada por científicos del Vall d’Hebron Instituto
de Oncología de Barcelona que, a través de una punción lumbar, analiza el ADN
circulante en el líquido cefalorraquídeo lo que permite diagnosticar,
pronosticar y afinar en el tratamiento de los tumores cerebrales sin necesidad
de realizar una biopsia de tejido cerebral.
Clasificación genética
Actualmente existen distintos grupos
nacionales e internacionales que están trabajando en la clasificación molecular
de los distintos tipos de tumores como el cáncer colorrectal para conocer los
subtipos según sus características genéticas, lo que permitiría abordarlo de
forma personalizada como ya ocurre con el cáncer de mama.
“Cada vez somos más conscientes de
que el cáncer de colon, el cáncer de pulmón o los distintos tipos de tumores no
son una única enfermedad, sino distintas enfermedades más o menos agresivas y
que responden de modo diferente a los distintos tratamientos”, señala la
especialista.
Además, científicos del Consorcio
Español del Genoma de la Leucemia Linfática Crónica (LLC), han establecido el
catálogo genético de esta enfermedad que identifica 60 genes claves cuyas
mutaciones provocan el desarrollo del tumor y, por primera vez, incluye también
como causa de esta leucemia mutaciones en zonas del lado oscuro del genoma o
ADN basura, una región que cada vez más, en contra de lo pensado hace años, se
muestra útil para entender el genoma humano. Los resultados se publicaron en la
revista Nature.
Metástasis
Otro de los hitos del 2015 en el
campo de la investigación básica también cuenta con participación española. Un
equipo integrado por investigadores del Centro Nacional de Investigación
Oncológica (CNIO) de España, del Weill Cornell Medical College y del Memorial
Sloan Kettering Cancer Center ha desvelado los mecanismos por los que los
tumores eligen a qué ógano dirigen la metástasis y preparan el terreno.
El estudio, publicado en Nature,
corrobora la existencia de los exosomas, una pieza clave en el proceso de la
metástasis. Los investigadores recopilaron indicios de que los tumores lanzan
millones de vesículas cargadas con proteínas y material genético, llamadas
exosomas, que actúan como avanzadilla del tumor y cuya misión es conseguir que
los órganos de destino estén preparados para acoger las células tumorales.
Así, los exosomas provocan en el
órgano de destino la respuesta molecular necesaria -inflamación,
vascularización… – para acoger las células tumorales. Cuando éstas llegan al
órgano, el entorno es perfecto para proliferar.
FUENTE: EFE Salud
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