Especialistas de la Clínica
Universidad de Navarra han iniciado un ensayo clínico para probar la eficacia
de un tratamiento combinado, dirigido a pacientes con el tumor cerebral más
agresivo (glioblastoma) en progresión. La nueva terapia consiste en administrar
al paciente, por vía intravenosa, un anticuerpo al que se le ha añadido un
agente quimioterápico.
El anticuerpo se dirige contra las
células tumorales que presentan una alteración molecular en el factor EGFR, que
aproximadamente se manifiesta en la mitad de los casos de glioblastoma, según
revela el doctor Jaime Gállego Pérez de Larraya, neurólogo de la Clínica
Universidad de Navarra y coordinador del Área de Tumores Cerebrales del centro
hospitalario.
El ensayo está impulsado por el
grupo cooperativo de la EORTC (Organización Europea para la Investigación y el
Tratamiento del Cáncer o European Organization for Research and Treatment of
Cancer). En el trabajo participan numerosos centros europeos y un total de
cuatro españoles, entre los que figura la Clínica.
Según estudios epidemiológicos, el
glioblastoma tiene un impacto muy elevado en la mortalidad, con una incidencia
anual entorno a 5 personas afectadas por este tumor de cada 100.000.
"El nuevo tratamiento es muy
interesante -valora el neurólogo-, ya que consiste en administrar anticuerpos
monoclonales que dirigen su acción contra las células tumorales con una
alteración en el receptor EGFR". Hasta la fecha, se han desarrollado
numerosos ensayos clínicos con anticuerpos "dirigidos contra este
amplificador o receptor de factor de crecimiento epidérmico, pero ninguno ha
dado un resultado eficaz", apunta el especialista.
En esta ocasión, se ha optado por
una nueva vía terapéutica que tiene sus primeros antecedentes en el tratamiento
del cáncer de mama. Según describe el doctor Gállego, lo que se va a hacer en
este ensayo clínico es utilizar este mismo anticuerpo contra la alteración del
EGFR. En este caso, se introduce la novedad de que el anticuerpo lleva asociado
un agente quimioterápico (citotóxico). "De manera que, en el fondo, es
como llevar selectivamente la quimioterapia a las células tumorales que
presentan esta mutación genética pero sin lesionar ninguna célula sana",
destaca.
El estudio es un ensayo clínico en
fase II, de la EORTC, randomizado y dirigido a pacientes con glioblastoma en
progresión.
FUENTE: La Vanguardia
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