Arantxa Tabernero y Christian Naus
Investigadores del Instituto de
Neurociencias de Castilla y León (INCYL) de la Universidad de Salamanca
estudian desde hace tiempo los gliomas, los tumores cerebrales más frecuentes,
y han llegado a desarrollar una molécula que podría frenar su proliferación, un
péptido que ya han patentado. Hasta ahora, los científicos han realizado sus
experimentos principalmente con cultivos celulares, pero la investigación puede
dar un salto hacia adelante gracias a una colaboración con la University of
British Columbia de Vancouver (Canadá). El grupo de investigación de Christian
Naus, que ha visitado hoy Salamanca, dispone de un modelo animal con el que
realizar experimentos.
Naus es uno de los mayores expertos
en el estudio de la comunicación intercelular y sus consecuencias en el sistema
nervioso y hoy ha ofrecido una conferencia en el INCYL para explicar parte de
su trabajo. Sus investigaciones abarcan enfermedades muy diferentes, desde el
alzhéimer a los infartos cerebrales, pero el denominador común en todas ellas
es que no centra su atención en las neuronas, las principales células del
sistema nervioso, sino en las células de la glía, que les sirven de soporte.
“Muchas enfermedades pueden tener su
origen en las neuronas, pero un mal funcionamiento de las células gliales tiene
consecuencias más graves y, viceversa, si las células de la glía pueden ofrecer
un mejor papel de protección, las enfermedades se verán atenuadas”, explica en
declaraciones a DiCYT Christian Naus.
Infartos cerebrales
Los principales resultados de su
trabajo se están aplicando a los infartos cerebrales, asunto que ha tratado en
un seminario de investigación. “Durante muchos años hemos estudiado los canales
de comunicación entre las células gliales y hemos comprobado que participan en
la protección de las neuronas cuando ocurre un infarto cerebral”, afirma. En
colaboración con otros grupos de investigación y con compañías farmacéuticas,
su equipo ha desarrollado péptidos capaces de regular estos canales de
comunicación para proteger a las neuronas, algo que está probando en modelos
animales modificados genéticamente.
“La mayor parte de los estudios
sobre infartos cerebrales se centran en las neuronas, así que la particularidad
de nuestro trabajo es estudiar los astrocitos [células de la glía] y creemos
que una combinación de ambos enfoques es la mejor forma de aproximarse a las
terapias y a la protección tras un infarto cerebral”, comenta. Naus confía en
que estas investigaciones se apliquen muy pronto, porque trabaja con una
farmacéutica que ya ha realizado ensayos clínicos con las mismas moléculas como
tratamiento para isquemias cardiacas, de manera que se podrían ahorrar algunas
fases iniciales en posibles ensayos clínicos.
Gliomas
En el caso de los gliomas o tumores
cerebrales, la aproximación es muy similar. En lugar de atacar directamente las
células tumorales con cirugía y quimioterapia, los científicos canadienses se
han fijado en el papel que pueden tener otras células del entorno, como los
astrocitos. “Las células tumorales se comunican con los astrocitos y los
utilizan para migrar”, explica, extendiéndose así el cáncer. Por eso, su
objetivo es controlar esta comunicación y evitar la migración de las células
del glioma.
En este aspecto, el trabajo de Naus
coincide con las investigaciones del grupo de Arantxa Tabernero en el INCYL,
que ha patentado un péptido que podría ser eficaz para frenar estos tumores
cerebrales, según los experimentos realizados con cultivos celulares. Los
científicos de la University of British Columbia han desarrollado un modelo
animal para estudiar los gliomas que replica la patología humana con gran
fidelidad. “Es un buen modelo para ver si los resultados que hemos observado en
nuestro laboratorio se pueden reproducir in vivo”, destaca la investigadora de
la Universidad de Salamanca responsable del desarrollo de la molécula.
A largo plazo, si los resultados son
satisfactorios, los investigadores pasarían a realizar ensayos con pacientes.
La combinación de este posible nuevo tratamiento con la cirugía y la
quimioterapia actuales podría tener un efecto muy positivo para combatir los
tumores cerebrales más frecuentes.
FUENTE: dicyt.com